Tabasco, inundado, vejado y olvidado
Carlos Martínez Leal
Fueron octubre y noviembre meses fatídicos para los habitantes del Estado de Tabasco: el primero de Octubre fue el azote del frente frío número 4 y el huracán ETA. Los días 27, 30 y 31 el frente frío número 9; enseguida el primero de noviembre el frente frío 11 y unos días más el 17 de noviembre, el frente número 13 y el huracán lota, fenómenos meteorológicos que hicieron estragos entre la población la cual quedó inundada en sus colonias, perdiendo todos sus enseres domésticos como mesas, sillas, roperos, sus electrodomésticos, estufas, refrigeradores, licuadoras, lavadoras, sus pertenencias, zapatos, ropa, en una palabra todo, en los poblados campesinos sus animales, sus siembras, sus huertas, todo también.
Pero perdió también algo más valioso, “La esperanza” que mantenían varios de ellos pensando que las cosas iban a cambiar, que lo que les había ofrecido su “paisano” el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador llegaría, se estaba tardando pero llegaría. ¿Qué es lo que les había prometido?, qué de apoyarlo con su voto en las elecciones pasadas, al ganar él, su compromiso sería que los pobres ocuparían el primer sitio en su gobierno, dijo “por el bien de todos primero los pobres”.
Y como en todos los casos, llega un momento en que lo dicho debe mostrarse en los hechos, en la práctica diaria, como consecuencia de la congruencia de quién se comprometió a sabiendas de que el tiempo avanza, y este llegó en Tabasco con las terribles inundaciones a causa de las precipitaciones nunca vistas, nunca vividas antes en el estado, que a pesar de ser recurrentes durante cierto tiempo, jamás habían tenido la magnitud de estos dos meses, pero además debido a la impericia e indolencia de las actuales gobernantes.
Obrador explicó que la zona baja de la entidad se perjudicó por las inundaciones, pero que ya recibían ayuda. «Tuvimos que tomar una decisión” “Tuvimos que optar entre inconvenientes no inundar Villahermosa y (que) el agua saliera por las zonas bajas, desde luego se perjudicó a los más pobres, pero teníamos que tomar una decisión». (SIC)
La ayuda prometida -que no es nueva, pues cada inundación se activa- ha fallado, desde la nula presencia del presidente de la República que ante el cuestionamiento de los reporteros, con sus respuestas se hundía más y más que los propios tabasqueños afectados, a pesar de que el volaba a varios miles de metros de altura. Veamos.
¿Por qué se va a retirar? Porque ahora soy presidente de la República y tengo que ver por todo el país. No tiene claro el Presidente de la República lo que significa una emergencia, la importancia de la dirección y la toma de decisiones de la máxima autoridad del país. ¡Sera que son muchas las emergencias que atender!
¿Por qué no bajó a las colonias, porque no se metió al agua? “Porque me iba a enfermar, y porque no voy a hacer cómo los conservadores que sólo se metían al agua para la foto”. Se olvida el presidente que sus paisanos esperan de su presencia en el lugar y que el hecho, de que no sea sólo para tomar la foto, depende de él, pues debió cumplir con la ayuda a la gente y así no quedar solo posando para la foto.
Será porque ante el problema de la inundación la ayuda para auxiliar a la gente llegó hasta el tercer día. Se dice que se emitió la declaratoria de emergencia, para liberar el FONDEN, el cual por decisión del presidente y sus diputados serviles expira el 31 de diciembre, no se ha informado la cantidad liberada. Y aunque hubo despensas de este fondo sólo fueron para albergues oficiales del gobierno estatal, los cuales además fueron insuficientes, cuando se preguntó al gobernador por el número de albergues no supo, dijo que se le preguntará al DIF. Se dice por el gobierno que se instalaron 272 albergues temporales y que atendieron a 12,330 personas. La población tabasqueña reporta que eso no es cierto. Para dimensionar el problema diremos que son según datos oficiales 302,496 los afectados, por lo que 12,330 es apenas el 4%.
Como podemos ver: El presidente a pesar de que se trata de una tragedia de sus paisanos, hace retórica, y la realidad lo denuncia: los tabasqueños tuvieron que salir por ellos mismos al inicio de la inundación. Los cárcamos no contaron con bombas suficientes, y donde existían bombas no tenían diésel. No hubo distribución de despensas a los inundados. El censo de los siervos de la nación fue igual que en todos los programas: amañado, no censaban a todos, pedían hasta 500 pesos por el folio y algunos folios fueron falsos, el resultado fueron las movilizaciones durante casi una semana, lo que llevó a la detención de varias personas. Al cuestionarle esto al presidente dijo que por politiquería fueron llevados a la cárcel, y no hay poder humano que los saque: por ejemplo Arveli N., Delegada Municipal de Huapacal del municipio de Cunduacán, está en la cárcel.
Las afectaciones son: 10 fallecidos, 302,498 damnificados, afectados los 17 municipios del Estado, 99,573 viviendas que presentan daños, miles con pérdida total, son 1,396 comunidades dañadas, esta es la realidad que vive Tabasco, y esas son las acciones de su paisano el presidente de la República.
Los Antorchistas tabasqueños encabezado por su líder Estatal, el Ing. Pedro Ramos y su Comité Estatal han estado auxiliando a sus compañeros y a la población en general. El Antorchismo Nacional se ha estado solidarizando con los tabasqueños. Y les ha hecho el llamado a organizarse para que enfrenten con más claridad el problema y se preparen para que desde ahora prevengan el problema y para que Tabasco ¡NUNCA MÁS SE VUELVA A INUNDAR!
Hago un llamado a los Antorchistas y pueblo tamaulipeco para que apoyemos a los Antorchistas y al pueblo tabasqueño, y que aprendamos de la situación de nuestros compañeros y compatriotas y nos organicemos y luchemos por llevar al poder a verdaderos representantes del pueblo pobre de México.