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Karina confiesa que necesita tener un novio

Después del divorcio, la cantante espera que llegue a su vida un hombre que la valore como no lo hicieron en el pasado

Mejor que nadie, ella sabe cómo “duele” cuando se ama a quien no se debe. Y aunque su alma grite como un delfín en agonía, Karina sacude sus penas y se abraza tan fuerte que se quiebra hasta los huesos. La intérprete trae nueva música y complace a su público con el tema Me quiero, un apapacho al corazón, un canto al amor propio y una perfecta clase de empoderamiento femenino.

Es sin duda una oportunidad que tiene la venezolana para demostrar que por mucho reggaetón que haya en el mercado, la balada sigue tan firme como sus ganas de volverse a enamorar luego de divorciarse el productor brasileño Marcello Azevedo. Desde su casa en Miami, la “grandiosa” comparte los detalles de su sencillo, además, revela cómo se cansó de intentarlo con su ex, hasta que, definitivamente, tiró la toalla.

Con Me quiero, ¿a quién le cantas?

A mí (risas). Ya basta, el tema justamente se llama Me quiero y habla de ese amor esencial, principal, el primer amor que debemos tener los seres humanos. Sé que suena muy egocéntrico y muy ególatra, sin embargo, debería ser algo más natural el amor que uno siente por uno. Es que a veces uno se olvida de uno mismo, o en el caso de las mujeres, siempre estamos ocupadas haciendo feliz al marido, a los hijos, a las amigas, a la sociedad, al jefe, y nos olvidamos que la felicidad nace de la paz que uno tenga consigo mismo, de cómo uno se quiere, como uno se valora, de cómo nos disfrutamos.

Siempre le cantabas a una tercera persona, pero, ¿qué era lo que te impedía cantarte a ti misma?

Bueno, yo creo que las mismas vivencias. Yo no he escrito ninguna de mis canciones, entonces realmente esta es la primera que escribo, un poquito autobiográfica por decirlo así. Aquí estoy diciendo algo que quiero decir y exactamente cómo lo quiero decir, entonces está inspirado en una vivencia propia. Lo anterior salió de las emociones de Rudy La Scala, o de mi hermano Carlos Silva, o de Fernando Osorio, quien además me acompaña en este tema.

Pero básicamente, en esta oportunidad digo las cosas que quiero decir, basándome en una experiencia muy mía, pues muchas veces me he sentido no valorada en muchos momentos de mi vida, pero ya me cansé porque no todo es como se ve por fuera, no todo es la escarcha, el brillo y la luz. Hasta creen que uno es super poderosa, pero no, no, uno también es muy débil, uno es frágil, y definitivamente hay gente que no nos valora, a pesar de que tenemos un público que nos ama y muere por nosotros, hay mucha gente que no nos da esa importancia.

El tema también está perfecto para una recién divorciada como tú…

Absolutamente perfecto (risas). O sea, se le puede dar lecturas diferentes, aunque yo lo que quiero decir en la letra es que mi amor por mí no está supeditado al amor de otros por mí. Quiero decir que, si ustedes no me quieren, están en todo su derecho, pero eso no significa nada porque yo me quiero, yo me tengo. Y a pesar de que un tercero no me quiera o no me acepte, mi amor por mí no puede ser menos.

Una de tus canciones dice que “en el amor siempre hay uno que ama más”, ¿fue tu caso con tu esposo Marcelo?, ¿eras la que más amaba?

¡No! Yo creo que Marcelo me ha amado muchísimo y me sigue amando. Creo que los dos nos amamos igual, porque eso es una cosa que va cambiando con el tiempo. No hay cómo medir eso, pero yo necesitaba otras cosas y siento que hubo momentos en los que no fui valorada como yo quería, por lo menos.

¿Por qué no levantabas la voz en ese momento?, ¿por qué callar?

Quizás porque el matrimonio es una sociedad en la que yo creo mucho, y siento que el amor se va transformando, y uno tiene que hacer todo lo posible si cree que esa empresa vale la pena. Y yo pienso que hasta el final valió la pena. Lamentablemente, los dos empujamos tanto cómo pudimos, pero no funcionó.

Si los dos se quieren tanto, ¿por qué no intentarlo hasta que funcione nuevamente?

No, ya será en un futuro porque yo estoy cansada. Necesito tener un novio, un cuerno, porque yo ya empujé muy duro y ahora necesito que me empujen a mí, aunque sea un ratico (risas).

¿Ya te sientes preparada para comenzar de cero con otra persona?

No sé si estoy lista, pero sí tengo ganas (risas). Es que a mí me gusta estar en pareja, me gusta la compañía, imagínate que estuve casada por 20 años, entonces me gusta la convivencia, me gusta el concepto de la familia, de viajar, pero también he aprendido a disfrutar sola, yo también disfruto mis espacios, y no puedo morirme solita porque yo tengo mucha alegría para darle a este cuerpo todavía (risas).

Además, sería un amor desde otra perspectiva, en la plenitud de tus 50…

Claro, es otra cosa, y te voy a ser más franca, no tengo la menor idea de cómo empezar ese proceso, porque he sido una tipa que ha vivido entre sus viajes, sus espectáculos y su casa, entonces no sé qué es lo que hay allá afuera, no sé por dónde empezar. Imagínate, no sé si publicarme, si meterme en esos servicios nuevos.

¿Le temes a intentarlo justamente en las nuevas plataformas para ligar?

No le tengo miedo, lo que debo es ver cómo se hace eso. Esa es una forma, pero yo ese proyecto todavía no lo he comenzado, entiendo que tengo que ponerme en el mercado para vender el producto (risas). Porque encerrada en la casa, nadie me va a venir a tocar la puerta.

¿Tus hijos cómo están ahora?

Ellos están muy bien, otra vez en lo mismo, cada uno con su vida; Xander está en la escuela virtual y pasa una semana conmigo y la otra con su papá, mientras que la mayor ya no vive conmigo.

¿Qué estudia tu hija Yasha?

Ella estudiaba y este año le dio por trabajar y ahorita está trabajando para una compañía farmacéutica, está libre, independiente, rebelde, no sé qué le pasó.

¿Cómo fue el proceso de dejarla ir?, ¿lo sufriste?

Fue horrible, yo sigo de alguna u otra manera pagando un karma. La lección actual es el desapego, algunos miembros de mi familia ya se desapegaron del planeta, otros los he dejado de lado en otra casa, y mi hija tiene 22 años, entonces yo sabía que era algo natural, pero siempre pega, yo no sé qué hacer con tanta casa, vivo al borde de un lago y el agua se me metió con estas inundaciones de noviembre, eso para mí fue una señal de que me tengo que mudar. Es que tengo cuatro habitaciones, piscina, siento que soy un fantasma en un hotel.

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