Por Oscar Díaz Salazar
En una de sus primeras dos conferencias de prensa «mañaneras», (la uno o la dos), el presidente municipal de Madero, Erasmo Gonzalez Robledo de Delgado y Viudo de Carmona, comentó que en Ciudad Madero no había cines y que los maderenses tenían que trasladarse a Tampico si querían disfrutar de ese pasatiempo, que para muchos es el séptimo arte, aunque no todas las películas merezcan ese calificativo.
Pocos días antes, el alcalde de Altamira, Armando Martinez, no de Delgado, pero también Viudo de Carmona, durante una de sus «mañaneras», comentó que sus gobernados estaban muy contentos con los proyectos para instalar escuelas, con las obras de pavimentación, con el anuncio de la rehabilitación del estadio de futbol y con muchas de las obras y acciones de su gobierno…. Peeeero, pero, la gente le pedía que hiciera algo para que se construyeran y operaran salas de cine en Altamira.
Me parece muy valida esa exigencia de los maderenses y altamírenses para que los lleven al cine, o para ser más precisos: para que el cine lo lleven a sus ciudades.
Desde la empatía de un amante del cine, cinefilo en el sentido literal de la palabra, aunque eso no signifique que sea experto, solo que me gusta el cine, creo que los ciudadanos de Madero y Altamira tienen todo el derecho de hacer esa petición, de plantear esa necesidad, y escribo necesidad pensando en que «no sólo de pan vive el hombre».
La labor de convencer a los propietarios de la cadena de cines que duo polizan el mercado del espectáculo del cine, -la exhibición de películas-, es tarea de los funcionarios de desarrollo económico.
En Veracruz y en varios estados del centro del país hay una tercer mini cadena de cines, que operan con precios significativamente más abajo que las dos cadenas grandes.
Difiero del comentario del presidente Armando Martínez cuando dice que «no puede o no debe invertir en la construcción y operación de un cine», claro que puede, que es justificado desde la perspectiva del fomento a las expresiones artísticas.
En mis tiempos de estudiante en Monterrey, tuve la oportunidad de ver muchas películas en recintos como: Casa de la Cultura de Monterrey, Teatro de la Ciudad, Capilla Alfonsina de la UANL, Alianza Francesa, Teatro del IMSS, Teatro de la Universidad Regiomontana y otros
Agrego que en Ciudad Victoria opera (en forma irregular) un cine club del ITCA, que existe la Cineteca de la UNAM, recientemente inauguraron otra Cineteca en el Parque de Chapultepec y que el gobierno de Yucatán opera una Cineteca con seis salas.
Por eso les recuerdo a los ediles viudos de Carmona, Erasmo y Armando, que el pueblo manda, y que si piden cine, les deben de construir su cine… Y si los particulares deciden operar un día en los municipios que gobiernan, los cines municipales pueden dedicarse al cine no comercial, no de Hollywood, al cine de arte, cine de culto.