Columnas

Lalo Gómez: el mantenido de Mamá

Por Oscar Díaz Salazar

 

Conozco a muchos de los funcionarios del gobierno de Tamaulipas. Los he tratado porque son de Reynosa; porque he conversado con ellos en el ejercicio del periodismo y en la búsqueda de conocer sus puntos de vista como actores políticos; porque los he acompañado en algunas tareas y porque algunos son mis amigos y fueron mis compañeros en varias etapas de mi vida.

Muchos de mis «contactos» en redes sociales son panistas y con ninguno de ellos he tenido problemas o discusiones por lo que escribo, a pesar de que con frecuencia destaco lo que, a mí juicio, hacen mal, en forma equivocada, al margen de la ley o en contradicción a lo que decían y pedían cuando estaban en la oposición.

Conociendo la estrechez de miras de los jerarcas panistas, los de la mera cúpula, he tomado distancia de algunos amigos panistas que solía frecuentar, para no exponerlos a la sospecha de que son ellos quienes me proporcionan información de los manejos turbios de los altos funcionarios panistas.

Mis amigos y conocidos del PAN me leen y también ven las caricaturas políticas que, aunque yo no dibujo, soy el responsable y quien concibe la idea. Con frecuencia me dicen que están pendientes de mis publicaciones, y me elogian en privado, con algo de pena por no hacerlo en público, para no exponerse a una represalia.

En política sucede lo mismo que se ha estudiado mucho en el tema de la religión. Los recién conversos, los que recientemente se adhieren a una religión, son los que con más celo acatan los ritos, costumbres y prácticas del credo recién adoptado. Los recién llegados sienten el compromiso de demostrar constantemente que si abrazaron las nuevas creencias. En el caso de la política ocurre lo mismo. Yo lo he constatado. Los individuos que con frecuencia opinan en mis publicaciones, los que son más majaderos, los que se atreven a descalificar mi trabajo, no con argumentos, solo con groserías y menciones a otro partido político y/o otro gobernante, que no viene al caso citar, ni en mis publicaciones ni en este texto, esos son los neopanistas, los que en vísperas de elecciones eran priistas que le juraban lealtad a su partido por los siglos de los siglos.

Para mencionar un caso muy reciente les comentaré de un individuo cuarentón, dejado por la esposa, sin oficio ni beneficio, pseudo músico, que vivía de mantenido con su madre, que gracias a las relaciones de su señora madre le consiguieron un empleo en el gobierno del estado de Tamaulipas.

Un diputado muy cercano al gobernador le consiguió un empleo en Ciudad Victoria, percibiendo una compensación de 60 mil pesos mensuales y aguinaldo superiores a los cien mil pesos.

Supongo que la gratitud es la que mueve al señor Lalo Gómez a descalificar a los críticos del gobernador y del Partido Acción Nacional. Y supongo también que oculta, a su padrino el diputado y a sus superiores jerárquicos, su pasado priista y sus nexos afectivos y laborales con el ex candidato a diputado local por el PRI, Jaime «Pachin» Carranza.

Termino con un consejo, -por supuesto no pedido-, para el señor Lalo Gómez: ya no ande diciendo que su padrino es el próximo presidente municipal de Reynosa, pues por esas tonterías de sus recomendados se le puede caer.

Jajajajaja.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba