
Ante las alertas de expertos y manifestaciones en contra por parte de políticos de oposición, morenistas y aliados aprobaron la reforma a la Ley de Amparo en la Cámara de Diputados y revivieron el polémico artículo transitorio en materia de retroactividad.
De acuerdo con los morenistas, la reforma tiene tres objetivos centrales: modernizar el juicio de amparo mediante el uso de herramientas digitales; hacerlo más eficiente y expedito evitando dilaciones y abusos procesales, y mantenerlo como el medio defensivo por excelencia frente a los actos de autoridad.
La oposición, sin embargo, asegura que la reforma busca ablandar la defensa de los derechos humanos, subordinar el interés legítimo y restringir el acceso a la suspensión de actos autoritarios.